De llamas que se guardan en el bolsillo, para un par de cervezas después. De ases que poco valen en la manga, sin ninguna reina en la cama. De caos y palabras guarras, de besos largos, de espaldas bonitas y saliva, mucha saliva. De lenguas, de latex, de despertar a los vecinos, de sudar trucos de magia sin chistera, sin conejos blancos, sin ropa y sin ganas de parar.
De que parece que noviembre quería ser frío, pero no le va a salir del todo bien.
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